12. Palabra final. 3 de marzo de 2012


La gracia agradecida de una sorpresa anunciada

      

     

    Debo terminar ya este relato testimonial. Ha sido como un diario de viaje que me ha llevado desde Asturias hasta Bembereké. Lo dije al comienzo en mi breve primera entrada: voy vacunado para casi todo, pero no para Dios, que estoy dispuesto a que me “contagie” sorprendiéndome en cada momento y en cada rincón. Al final de este periplo misionero puedo decir que realmente el Señor ha sabido sorprenderme cuando me ha permitido asomarme a tantas realidades, rostros, desafíos, que hacen que ya no pueda ver mi cotidiana aventura del mismo modo. Ha sido una gracia de Dios.

          No es la impresión fugaz de algo impresionante. Es algo que queda grabado a fuego dentro de tu alma, y que no puedes olvidar ni quieres. Dios tiene piel negra. Dios tiene problemas de agua, de alimento y de vivienda. Dios necesita tener iglesias. Dios quiere ser educado en aquellas lenguas, con esa cultura, con esos modos y maneras. Dios tiene una gracia que repartir a aquellos sus hijos, y una Buena Nueva que contarles. Dios está allí… y en aquellos hermanos nuestros nos espera.

          La Misión Diocesana de Bembereké es una parroquia grande que nuestra Diócesis de Oviedo atiende en aquel lugar. Son tantas personas, es tanto el territorio, son tantas las iglesitas y capillas, es tanto lo que se nos pide y de nosotros se espera, que resulta insuficiente tener sólo un misionero, nuestro querido hermano el P. Alejandro, y deberemos ver el modo de ayudarle y de ayudarnos: con presencia de algún sacerdote más, o de laicos, o de religiosas; con el compartir fraterno de los bienes que nosotros tenemos en todos los sentidos. No es paternalismo ni frívolo saco roto. Es, como dice Pedro en su primera Carta (1 Pd 4,10), ponernos al servicio de los hermanos con los dones que hemos recibido de Dios.

          Doy gracias al Señor y me pongo bajo la mirada de nuestra Santina de Covadonga, para que esta dimensión misionera de nuestra Iglesia Diocesana de Oviedo, despierte el compromiso evangélico más puro y más generoso y sincero. No se nos pide dar lo que nos sobra, sino incluso aquello que estamos necesitando para nosotros mismos. Como la pobre viuda del Evangelio, cuyo gesto no pasó desapercibido a los ojos de Jesucristo.

          Mi gratitud a cuantos han trabajado en esa Misión Diocesana a lo largo de estos veinticinco años, cada uno con su nombre y con su siembra que ha ido quedando. Gracias a José Antonio y a César que me han acompañado y con los que he convivido estrechamente como hermanos. Gracias a Alejandro, que allí sigue contento y entregado. Ayer me escribía este correo: “Querido D. Jesús: doy infinitas gracias a Dios por haber hecho realidad, con su cristiana complicidad, la tan deseada y ansiada visita. Me siento, además de agraciado y agradecido, especialmente contento. Su palabra y sus compromisos han agrandado y fortalecido nuestra esperanza. Toda mi vida es para Cristo y su Iglesia. Es una enorme gracia poderla vivir, muchas veces indignamente, entre los preferidos del Señor y así servir humildemente a su pueblo que camina en Asturias. Espero poder seguir con Vd. una relación tan sincera como continua. Un fuerte abrazo y que el Espíritu vigorice su difícil misión”.

          Pues a eso estamos, querido P. Alejandro. Por último, gracias a quienes han hecho posible que hayamos hecho esta visita pastoral, y a nuestra Delegación de Medios de Comunicación (José Emilio y Anabel), que tuvieron la buena idea de acercar nuestros respiros misioneros a tanta gente del mundo entero a través de este blog que han cuidado con todo esmero.

          El Señor ha estado grande. Nosotros estamos contentos. Él os bendiga y os guarde.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

6 comentarios:

  1. Me uno a la acción de gracias con toda la Diócesis, a las palabras de María en el Magnificat, porque verdaderamente el Señor ha estado grande con nosotros, acercándonos a nuestra Misión en Benín.
    Que la Santina siga protegiendo a este hermano allí, Alejandro, y no nos deje indiferentes ante esta realidad un poco ya "más nuestra".
    Patricia. Parroquia de San José. Gijón

    ResponderEliminar
  2. Buenas tardes don Jesús. Bueno, parece que termina la siembra de este primer viaje pastoral. Rezaremos desde todos los rincones de españa para que Dios haga crecer y de el 100x1.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Buenas tardes, Jesús, después de tantos años. Soy Gustavo Corzo, me ha parecido un blog y un viaje muy interesante. Te veo en forma y en camino, me alegro y doy gracias por ti. un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Gracias , Monseñor, por compartir su experiencia con nosotros

    ResponderEliminar
  5. mas cosas como estás son las que nos hacen falta en este mundo tan enfermo, gracias y felicidades!!

    ResponderEliminar